Ermitaños de Floreana

 Fotos del magnífico cangrejo ermitaño del Pacífico (Coenobita compressus), capturas hechas en caletas de la costa rocosa de Puerto Velasco Ibarra, Isla Floreana. El cangrejo ermitaño hace honor a esa denominación, dándose al mundo apropiado de una concha a la medida con forma de churo que reemplaza conforme su cuerpo crece y, por añadidura, porta tal estructura ajena a donde fuere constituyéndose en hogar y refugio portátil permanente.  De naturaleza alerta, el ermitaño apenas se siente amenazado por una fuerza mayor se desbanda si está en manada buscando perderse de vista en los resquicios de las rocas, si se frustra su retirada se encoge al máximo en la cavidad del churo ambulante.

Lagartijas Indefatigabilis

La lagartija de lava de Isla Santa Cruz, Microlophus indefatigabilis, viene diseminada en Isla Baltra y Seymour Norte, incluyendo los islotes alrededor de estas tres islas. Es fácil observar a esta especie endémica de Galápagos, desde el arribo a la urbe de Puerto Ayora y su zona poblada. Las fotos aquí expuestas son de especímenes residentes en Punta Estrada, capturados por el lente en el silencio sombreado de acogedor paraje familiar que desemboca en Bahía Academia.

Baltra lluviosa

Las iguanas terrestres, Conolophus subcristatus, brotan de la mañana húmeda en endeble piso ladrillo arcilloso que, sacudido por las lluvias recientes de marzo, reemplazan la flora endémica de raíces a flor de tierra cayendo sin vida, transformándose en abono para dar paso al reverdecimiento de una de las islas más bajas, planas y desérticas de Archipiélago Galápagos. Me eché a caminar con la expectativa de lluvia pendiendo sobre mi cabeza, con la extraña sensación de avanzar en una isla tropical distinta a la sometida a la canícula y la sequedad corriente, cuando un mínimo de sombra es una gracia para los reptiles terrestres.

Grandes especímenes de iguana terrestre fueron brotando hieráticos, solitarios y distantes entre sí, trepados en sus dominios de rocas pardas y grises. Otros ejemplares hicieron visible fúlgido ensimismamiento adornado por hierbas y vegetación leñosa espinada. Hubo tiempo sobrado para antes de dar la vuelta llenarse del espacio que ocupan las iguanas de Baltra húmeda. Lo esperado, empezó a gotear y asumí que la cosa se iba a despachar con pasajera y refrescante garúa. Nones, se desató el aguacero torrencial que jamás hubiese imaginado en Isla Baltra, uno agradece que este fenómeno meteorológico impensado lo pillé aquí y no en un paraje recóndito del superpáramo del volcán Antisana, por ejemplo. ¿Cuánto duró en el tiempo astronómico está acuarela?: veinte minutos, o algo así.  ¿Cuánto dura en el tiempo contemplativo está misma acuarela?: una eternidad, o algo así. Apenas cesó el aguacero empezó a secarse la ropa ligera y dos lagartos se reflejaron en el adiós. 

Copetón de Floreana

Aquí cuelgo capturas fotográficas del Copetón de Galápagos (Myiarchus magnirostris), que he tenido la fortuna de admirar y escuchar en distintas caminatas en los alrededores de Puerto Velasco Ibarra, dentro del lluvioso y tórrido mes de marzo que ha traído verdor al bosque seco y la calidez de hierbas rastreras rojizas al filo marino, nutriendo y tonificando el paisaje de rincones que prosperan en la poesía visual de Floreana Salvaje. A veces ellos me ubican y perciben o al revés yo los percibo y ubico en el follaje tupido o escaso de la diversidad de pisos ecológicos isleños. En todo caso, su presencia melódica, es insoslayable ya sea andando por la orilla rocosa o los flancos boscosos de la vía a la parte alta del cerro Pajas y el cerro Asilo de la Paz.